Explicación de la brecha productividad-salario

¿Cuál es la historia con la divergencia en los índices de productividad y de ingresos que está ocurriendo en las últimas décadas?

A partir de 1970, el aumento en las tasas de productividad de empresas no ha resultado en el aumento de los salarios de los empleados.

Este fenómeno se conoce como la brecha productividad-salario..

La brecha productividad-salario tiene muchas causas y se difiere a nivel industrial (la brecha está más alta en algunas industrias que en otras).

Este artículo te ayudará a desmontar varios mitos y a entender el núcleo del problema relacionado con el tema de la brecha productividad-salario.

Empecemos.

Productivity–Pay Gap

¿Qué es la brecha productividad-salario?

La brecha productividad-salario es la diferencia entre la productividad laboral y los salarios de los empleados. Dicho de otra manera, representa cuánto los trabajadores producen por hora trabajada en comparación con cuánto en realidad ganan por esas horas. Idealmente, a medida que crece la productividad, los salarios deberían crecer simultáneamente.

¿Qué es la productividad?

Antes de discutir la relación entre la productividad y salarios medios en más detalles, deberíamos definir la productividad.

Hay diferentes variaciones de la definición, dependiendo de la industria, pero de momento estamos interesados en la definición económica, que es la siguiente:

La productividad se calcula como una proporción del producto interno por hora trabajada y es una medida de producción por unidad de aporte.

Dicho de manera simple, la productividad muestra la eficiencia con la que uno completa una cierta tarea.

Por lo tanto, estamos hablando de la tasa de productividad de una persona medida diariamente.

Para que un trabajador sea productivo, debe ser motivado por factores internos o externos.

Los factores internos implican que una persona está motivada por sí mismo realizar una actividad porque es agradable y placentera para ella. Por lo tanto, su comportamiento en sí es la recompensa.

Por otro lado, los factores externos incluyen los incentivos financieros, el reconocimiento público o el estado, por ejemplo.

¿Cómo afecta la productividad a los salarios?

Cuando la productividad aumenta, las ganancias de las empresas aumentan también, y todas las partes interesadas (deberían) beneficiarse de esto.

Los trabajadores productivos tienen una habilidad mayor para centrarse y saben cuándo es la hora de tomar un descanso. Dicho de otra manera, sus habilidades de gestión de tiempo son mejoras, resultando en un equilibrio trabajo-vida más adecuado.

Cuando se trata del lugar de trabajo, cuanto más fuerte sea la iniciativa a nivel empresarial y cuanto mayores sean las recompensas, más probable es que los empleados estén comprometidos y motivados a encontrar otras maneras de mejorar sus habilidades.

Esto es lo que debería suceder en la práctica, al menos, pero como podemos ver, esto no siempre es el caso. La brecha productividad-salario nos muestra que hay ejemplos cuando una alta productividad no necesariamente resulta en salarios más altos.

Echemos un vistazo a cómo la relación productividad vs. salarios ha cambiado con el tiempo.

Historia de la brecha productividad-salario en la economía de EE. UU.

Si miramos la historia de la economía de EE. UU., la brecha productividad-salario no era tan decepcionante como es hoy. Según un estudio del Instituto de Política Económica (EPI, por sus siglas en inglés), entre finales de las décadas 1940 y 1960, la productividad y los salarios crecieron casi en la misma dirección: los trabajadores estaban recibiendo mayores salarios al aumentar su productividad.

Sin embargo, esa brecha cambió bastante a finales de la década 1970 (por varias razones, las que discutimos más adelante en el texto). Esto significa que a partir de ese momento, los salarios de empleados no han aumentado tanto como su productividad.

Es interesante, las tasas de productividad crecieron rápidamente entre 1979 y 2024, mientras que la compensación por hora para el mismo período disminuyó inmensamente, como se muestra en la tabla a continuación.

Año Tasa de crecimiento de productividad Crecimiento de compensación por hora
1950–1960 33,1% 31,2%
1960–1970 30,4% 23,6%
1970–1980 12,9% 6,4%
1980–1990 10,2% -2,4%
1990–2000 16,6% 7,4%
2000–2010 26,1% 14,1%
2010–2020 14,8% 10,8%
2020–2024 4,9% 2,1%
Crecimiento total: 1950 — 2024 261,7% 122,0%


Podemos concluir que en la edad moderna, parece que a medida que aumenta la productividad del trabajador, estos no reciben la parte correspondiente a pesar de sus contribuciones.

Sería fácil sacar conclusiones apresuradas y echarle la culpa al sistema económico roto donde los más ricos se están volviendo más ricos, pero ten en cuenta que esto es solo una parte de la razón.

Razones por la brecha productividad-salario

No existe una respuesta definitiva a por qué ocurre la brecha productividad-salario, especialmente si queremos hablar sobre la sociedad en general. Por lo tanto, aquí están algunas razones detrás de la brecha productividad-salario.

1. Diversidad de industrias

Primero, la desconexión entre el crecimiento de la productividad de empleados y el crecimiento de salarios puede diferir entre industrias. Por ejemplo, casi no vemos esa brecha en las industrias de tecnología y finanzas, donde la productividad de los empleados crece principalmente junto con sus salarios.

Según este informe de ADP, en la región de Área de Bahía, las empresas tecnológicas como Google, Apple, Meta y Nvidia ofrecen altos salarios a los mejores empleados, pagándoles más de 500 000 $ anualmente. Al mismo tiempo, las industrias como la minorista y hospitalidad no experimentan cambios en los salarios, independientemente del aumento de la productividad.

2. Avance tecnológico

Aunque la automatización de muchos procesos y la presencia de la IA tienen un impacto mayor en el crecimiento de productividad, los que aprovechan los beneficios son mayormente los propietarios de negocios y ejecutivos.

Desde el comienzo de 1990 hasta 2010 (según el estudio de EPI anteriormente mencionado), el mayor aumento en productividad de más de 40% ocurrió debido a la presencia del Internet y ordenadores.

Sin embargo, este aumento de la productividad debido a los cambios tecnológicos (especialmente la IA) no resultaron en aumentos de pagos, lo que convierte a los directores ejecutivos y altos ejecutivos en personas con altos ingresos, a diferencia del resto de la fuerza laboral.

3. Globalización en el empleo

Otro factor que influye en la desproporción entre la productividad y los salarios de los trabajadores es la tendencia de mover la producción y trabajos a países con los costes laborales más bajos. Esto da como resultado el crecimiento de salarios estancado o reducido en los países con mayores salarios.

Por ejemplo, las industrias como textil, electrodomésticos, automóviles y muchas otras han mudado su producción a países como China, Vietnam, o países de Europa del este.

Aunque las empresas reducen costes de trabajo de esa manera, limitan las posibilidades de crecimiento de salario en países con costes más altos, creando una brecha de productividad-saldo una vez más.

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4. Sindicalización declinante

Los trabajadores de EE. UU. en sindicatos solían obtener mayores salarios a medida que la economía prosperaba. Ahora que los sindicatos están perdiendo el poder, los sindicatos en sectores privados cayeron del 35% en 1960, a solo el 6% en 2023, también tenemos una declinación significativa en la compensación de los trabajadores sindicalizados.

Similarmente, la investigación por Union Membership and Coverage Database en 2024 muestra que el número de trabajadores cubiertos por un convenio colectivo cayó del 27% en 1979 al 11,6% en 2019. Dicho de otra manera, los trabajadores cuyos derechos (incluyendo los salarios) una vez eran protegidos por los sindicatos ahora están dejados con salarios medianos más bajos, a pesar del aumento en la productividad.

Es decir, un trabajador típico o mediano perdió 1,56 $ por hora entre 1979 y 2017, lo que es 3250 $ al año para un trabajador a tiempo completo

5. Falta de leyes laborales adecuados

Otro factor significativo que contribuye a la brecha productividad-salario es la falta completa de políticas laborales o que las existentes se actualizan regularmente. Muchos de ellos no siguen la inflación o cualquier otra condición económica en un estado.

Las leyes de salario mínimo en ciertos países no han cambiado en décadas. Por ejemplo, el salario mínimo en Georgia es de 5,15 $ (el más bajo en EE. UU.) y esa tasa se ha mantenido igual desde 2002. 

Aunque mucho ha pasado en los últimos 23 años, incluyendo las crisis financieras, la inflación, aumentos de tecnología, etc., el salario mínimo se ha mantenido igual independientemente del rendimiento aumentado de los empleados.

Este es solo otro ejemplo de por qué ocurren las brechas productividad-salario, pero ahora entremos en detalles, empezando con el estudio longitudinal de la brecha productividad-salario.

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Un estudio longitudinal de la brecha productividad-salario

Con muchísimos factores que influyen en la brecha productividad-salario, ya es un reto determinar precisamente su relación exacta.

No entender la imagen general y cómo está conectado todo crea un problema adicional: ideas equivocadas e incluso mitos urbanos sobre el tema.

Una de las principales razones para enfatizar la brecha y no ajustar la relación ideal de acuerdo con varios factores cruciales, incluyendo la automatización, es la historia sobre el estancamiento de la clase media. No se equivoca, la desigualdad sí existe, pero este problema en particular es complejo.

Vamos a ver qué tienen que decir los economistas sobre la brecha productividad-salario y examinar más a fondo algunas de las principales fallas metodológicas de su razonamiento, a través de un estudio longitudinal de la brecha productividad-salario.

Discutimos los siguientes temas:

Brecha productividad-salario: consideraciones metodológicas

Los años 1979 y 2019 son interesantes para la comparación, marcados como años con tasas de empleo bajas y todo el período de 4 décadas es uno de la creciente desigualdad.

Algunos factores explicativos que el EPI enfatiza que hay que tener en cuenta son los siguientes:

También ya hemos mencionado muchos otros aspectos por los que los resultados pueden variar. Otro asunto son los diferentes enfoques de los economistas, y el cambio del Índice de precios al consumidor a lo largo del tiempo.

¿Qué piensan los economistas sobre la brecha productividad-salario?

Las opiniones varían entre los economistas y muchos argumentarían que la razón principal es su orientación política.

Hay un grupo de economistas neoclásicos que culpan a la tecnología por la brecha productividad-salario. Este argumento se denomina “cambio tecnológico que favorece la cualificación” y tiene muchas fallas en su núcleo: no se toman en cuenta otros factores importantes que hemos mencionado anteriormente (globalización del trabajo, diversidad de industrias, etc.).

La tecnología y la automatización sirven para mejorar la productividad, por lo tanto, están aumentando esencialmente el salario mínimo por hora.

Para desmentir la noción de “cambio tecnológico que favorece la cualificación”, el Instituto de Política Económica señaló que la disminución de la brecha salarial durante el período 1987-2017 es inconsistente con la explicación de la brecha de cualificaciones. En dicho periodo, el grupo de asalariados medios con más formación no vio ninguna ventaja sobre los asalariados bajos y el hecho desmiente todo el argumento.

Además, incluso los sueldos de los trabajadores de alta cualificación no vieron un aumento notable, lo que significa que el nivel de la educación no puede ser un factor concluyente en el análisis de la brecha productividad-salario.

La brecha productividad-salario: los factores más importantes

Según el economista del MIT, David Autor, citado en otro análisis relevante del EPI, la brecha productividad-salario es una combinación de dos fuerzas principales que impulsan la desigualdad. Se trata de:

La desigualdad y la divergencia se discutieron de una manera similar en un artículo publicado por el Peterson Institute for International Economics. Esto es relevante porque varios factores adicionales como los principales impulsores de la brecha productividad-salario, incluyendo:

Siguiendo la misma lógica, Bloomberg cubrió este importante tema también, y su artículo presentó interesantes resultados de un estudio hecho por Stansbury y Summers. Lo que encontraron fue que la correlación entre la productividad y los salarios sí existe, aunque no es posible clasificar un asunto tan complejo en un simple modelo económico.

¿Por qué su enfoque fue innovador?

Pues, a diferencia de la gran mayoría de los economistas, su foco no era simplemente en el gráfico que representa la tendencia a largo plazo, sino que examinaron los cambios a corto plazo en la relación entre la productividad y los salarios.

Los períodos examinados no duraban más de 5 años y el análisis de los resultados demuestra que cuando los niveles de productividad aumentan, los salarios tienen la tendencia a aumentar también.

¿Cuál es el rol de la automatización en la brecha productividad-salario?

Desde finales de la década de 1980, la automatización ha sido uno de los temas más controvertidos cuando se trata de la brecha productividad-salario

Una cosa es cierta: el cambio tecnológico en el lugar de trabajo y la globalización impulsada por él, no solo influyeron en la brecha, sino que también crearon otra brecha estrechamente relacionada. Estamos hablando sobre la desigualdad salarial entre la gente menos y más educada.

Pero, no podemos culpar a la tecnología y decir que el sesgo está a favor de los trabajadores con diplomas universitarios.

Esta otra brecha siempre ha existido entre los trabajadores de alto nivel, (o el 10%), y los demás.

Dicho esto, hay una diferencia significativa en el impacto de la automatización en la brecha productividad-salario entre las industrias, incluso los sectores específicos dentro de una industria específica.

Según un informe de McKinsey Global Institute report, hasta el 30% de horas de trabajo en EE. UU. se podría completar automáticamente, echando la culpa a la IA por el resto de esta tendencia.

Ya hemos mencionado de pasada los trabajos que han sido automatizados en el pasado. Ahora vamos a echar un vistazo a las industrias que han estado en mayor riesgo de transformación últimamente:

  1. Fabricación y trabajadores de fábricas (Robots),
  2. TI (Seguridad de datos, Automatización de procesos),
  3. Finanzas (Negocio, Servicios de consultoría),
  4. Marketing (Chatbots de IA),
  5. Asistencia médica (Portátiles de bienestar),
  6. Transporte (Vehículos autónomos), entre otras.

Además, según International Data Corporation (IDC), las inversiones en IA aumentarán aún más. Es decir, hasta 2028, el gasto en IA en EE. UU. alcanzará 336 mil millones de dólares.

Entonces, ¿cuál sería la conclusión lógica?

La automatización aporta cambios e implica la necesidad de diferentes habilidades para el futuro, pero en eso consiste el progreso.

Varias diferencias importantes en la brecha productividad-salario

La brecha productividad-salario puede variar significativamente según la variable que es el foco de la investigación, como según el tipo de la industria, que hemos mencionado anteriormente.

Pero, también podemos abordar el tema analizando factores específicos como los siguientes:

  1. Nivel de trabajo,
  2. País, y
  3. Género.

1. La brecha productividad-salario por nivel de trabajo

Otra cosa importante para mencionar es la brecha de desigualdad salarial. Esto significa que solo quienes más ganan experimenten el crecimiento salarial, a diferencia de, por ejemplo, puestos básicos.

El último análisis sobre la desigualdad salarial de EPI indica que la solución ha cambiado significativamente para el 1%, 10% y 90% de los que más ganan desde 1979. Aquí está el resumen:

Desde 1979, ha habido un patrón establecido de un crecimiento más rápido de los sueldos anuales entre el 1% superior e incluso más rápido para el 0,1% superior.

Examinemos de qué manera diferentes niveles de trabajo pueden afectar la brecha productividad-salario, comparando dos extremos: el 90% inferior de los que ganan y el 1% superior.

  1. Brecha productividad-salario del 90% inferior de los que ganan

  2. Los datos del análisis de EPI muestran la disparidad en el crecimiento salarial del 90% inferior, cuyos sueldos anuales crecieron un 44% en el período entre 1979 y 2023.

    Para ayudarte a entender mejor el concepto, te presentamos el valor monetario de estos salarios anuales promedios.

    Año 1979 1989 2000 2007 2019 2022 2023
    El 90% inferior de los que ganan 29 953 $ 30 927 $ 34 618 $ 36 570 $ 40 988 $ 42 658 $ 43 035 $

    Por ejemplo, el 90% inferior de los que ganan, cuyo salario era de 29 953 $ en 1979, ganó 43 035 $ en 2023. Considerando que esto es un período de más de 40 años, y tomando en consideración las condiciones económicas, el 90% inferior de los que ganan experimentó un modesto crecimiento de pago.

    La implicación es que la brecha productividad-salario fue significativamente menor para este grupo, lo que hacía que la desigualdad salarial fuera un problema aún más grande.

  3. Brecha productividad-salario del 1% superior de los que ganan

Ahora, en comparación al 90% inferior de los que ganan, los salarios anuales en el 1% superior son mucho más altos, por decir lo menos. A diferencia del 44% del 90% de los que ganan, los salarios anuales del 1% aumentaron un impresionante 353% en el mismo período.

A continuación se muestra un desglose de los salarios anuales del 1% de los trabajadores con mayores ingresos entre 1979 y 2023:

Año 1979 1989 2000 2007 2019 2022 2023
El 1% de los que ganan 281 931 $ 469 603 $ 699 846 $ 753 063 $ 789 317 $ 820 863 $ 794 129 $

Aunque la brecha salarial ya era bastante notable en 1979, (el 1% superior de los que ganan ganaba 9 veces más que el 90% de los que ganan), se disparó en 2023. En 2023, el 1% superior de los asalariados ganaron más de 18 veces los salarios del 90% inferior.

La diferencia en los salarios nos dice que, independientemente del crecimiento en la productividad, la mayoría de los ingresos va a los que ganan más (como se discute en la sección Razones por la brecha productividad-salario). 

2. La brecha productividad-salario por país

Diferentes países se centran en industrias diferentes y, como hemos mencionado, esa es una de las razones para la brecha.

¿Por qué importaría la región para la brecha productividad-salario?

La explicación es que la trayectoria de crecimiento de una cierta región depende de las industrias preexistentes, desarrolladas originalmente debido a los factores geográficos como el clima, el tipo de tierra y los recursos naturales disponibles, etc.

Por lo tanto, aunque la implementación de los cambios y la transición industrial hayan ocurrido al mismo tiempo, el resultado sigue siendo diferente para las zonas rurales y urbanas, por no hablar de los distintos continentes.

Las zonas urbanas están más pobladas, tienen mejores estándares de vida y tienden a atraer sectores más avanzados tecnológicamente, como el financiero, el inmobiliario, el informático, etc. Por esta razón, se puede concluir que los sueldos de los residentes de las zonas urbanas son más altos, lo que hace que la brecha productividad-salario sea menor.

Otra consecuencia crucial de lo arriba mencionado, además de muchos otros factores geopolíticos, es la variación del número promedio de horas trabajadas por país, que también influye en la brecha productividad-salario.

Por ejemplo, los empleados a jornada completa en Estados Unidos todavía tienen más horas laborales al año que los empleados a jornada completa en Europa. Por ejemplo, la norma para una semana laboral en Estados Unidos es de 40 horas, mientras que en Francia es de 35 horas.

Si no tomáramos en cuenta ningún otro factor, la conclusión lógica sería que los europeos son más productivos. Claro, como hemos visto, no es tan sencillo como parece.

Adoptar la cuarta revolución industrial parece ser una de las maneras de que un país gane resistencia al fracaso, como la experimentación tecnológica y de otro tipo lleva a mayor productividad, sueldos y estándares de vida.

Además de medir la productividad individual y de equipo, en realidad se puede medir la productividad de un país. Si te estás preguntando cómo eso se puede hacer, la respuesta está en:

Los 10 países más productivos

Vamos a echar un vistazo a la última lista de los 10 países más productivos e intentar establecer un patrón de los principales sectores e industrias económicos en ellos.

Por lo tanto, la lista de abajo realmente refleja la productividad por hora de un trabajador medio (PPP), y el PIB per cápita, junto con las horas de trabajo anuales, según los datos de 2022.

Rango País Productividad por persona, por hora (USD) PIB per cápita (USD) Horas trabajadas (por año) Sectores económicos principales
1. Luxemburgo 97,51 $ 134 754 $ 1382 Finanzas, información y comunicación, logística y turismo.
2. Irlanda 59,98 $ 106 456 $ 1775 Información y comunicación, transporte profesional y hoteles.
3. Noruega 55,50 $ 79 201 $ 1427 Producción de petróleo y gas, energía hidroeléctrica, pesca, bosques y minerales.
4. Suiza 50,43 $ 77 324 $ 1533 Finanzas, banca, fabricación y agricultura.
5. Dinamarca 47,42 $ 64 651 $ 1363 Comercio, transporte, equipo médico.
6. Países Bajos 45,02 $ 63 767 $ 1417 Finanzas, comercio, transporte y energía.
7. Alemania 42,93 $ 57 928 $ 1349 Finanzas, telecomunicación, turismo y transporte.
8. Suecia 41,07 $ 59 324 $ 1444 Finanzas, seguro, propiedad inmueble, comercio minorista y transporte.
9. Austria 40,51 $ 58 427 $ 1442 Finanzas, seguro, turismo, construcción y vehículos.
10. Islandia 40,22 $ 57 646 $ 1433 Turismo, finanzas, fabricación, pesca, y producción de energía renovable.

Aquí podemos ver la información sobre la brecha productividad-salario más allá de la perspectiva estadounidense. Lo que podemos concluir es que la productividad no siempre resulta en salarios más altos, lo que nos muestran los países como Luxemburgo e Irlanda. Es decir, estos países tienen alta productividad por hora, pero no la sigue la distribución igualitaria del salario (solo los que más ganan aprovechan de los beneficios, especialmente en los sectores de tecnología y finanzas).

Por otro lado, los países escandinavos como Noruega, Dinamarca y Suecia muestran alta productividad y más igualdad en términos de salarios gracias a sus fuertes sindicatos y derechos laborales (de los que la mayoría de los países, incluyendo EE. UU., carecen actualmente).

Sin embargo, la desproporción entre la productividad y salarios es un problema relativamente global, más obvio en algunos países que en otros (como Noruega, Dinamarca, etc.). Los factores como leyes laborales, estructuras económicas y factores similares también juegan un rol crítico en cómo se comparten los ingresos.

3. La brecha productividad-salario por género

Cuando se trata de las principales razones de la existencia misma de la brecha productividad-salario, no podemos olvidar el tema de “la brecha salarial de género”.

La brecha salarial de género es el porcentaje en que difieren los sueldos horarios de hombres y mujeres, y son más bajos para las últimas.

Para proporcionar un ejemplo relevante, aquí está un detalle chocante. Como es destacado en otro análisis EPI sobre la brecha salarial por género, las mujeres ganaron un 21,8% menos que los hombres en 2023.

Los datos de 2023 muestran que las mujeres que son trabajadoras a tiempo completo ganaron 83 centavos por cada dólar que ganaron los hombres. Dicho de otra manera, las mujeres a tiempo completo ganaron el 83% de lo que ganaron los hombres en 2023.

Además, hay 2 otros factores discriminatorios que impactan la brecha salarial por género: edad y raza.

La misma investigación muestra que las latinas se encuentran entre las trabajadoras menos pagadas, con un salario promedio de 43 880 $. Las mujeres de color ganaron 50 470 $ en 2023, mientras que las mujeres blancas ganaron 60 450 $. Al mismo tiempo, el salario medio de los hombres caucásicos fue de 75 950 $.

También parece que el logro educacional de las mujeres ha superado al de los hombres en EE. UU., aunque la brecha salarial continuará persistiendo. De hecho, la investigación de la Oficina del Censo de los Estados Unidos de 2024 muestra que el 47% de las mujeres de edad entre 25 y 34 tienen al menos un bachillerato en comparación con el 37% de los hombres.

Objetivamente, no hay espacio para este tipo de discriminación en la edad moderna, ya que las mujeres son tan importantes como los hombres. Esto se aplica especialmente a las mujeres que trabajan, ya que el alcance de sus responsabilidades requiere perfeccionar las habilidades de gestión de tiempo.

La verdad está ahí fuera, y la conclusión es que la brecha proactividad-salario existe, independientemente de los logros educacionales que las mujeres alcanzan. Aún así, superar la brecha salarial por género podría promover la justicia y también aumentar la proactividad económica.

Implicaciones económicas y políticas de la brecha productividad-salario

Por último pero no menos importante, queremos dedicar esta sección a los efectos que la brecha productividad-salario ha tenido en la economía y las políticas gubernamentales.

Implicaciones económicas

El fenómeno de alta productividad y salarios que no cambian puede tener efectos de gran alcance en la economía. Aquí están algunas implicaciones:

Implicaciones políticas

Aparte de las implicaciones económicas, la brecha productividad-salario puede tener ciertos efectos en políticas y regulaciones gubernamentales. Aquí están algunos de ellos:

La brecha productividad-salario afecta significativamente tanto los niveles económicos como los gubernamentales en EE. UU. Desde una perspectiva económica, afecta la desigualdad de los salarios, pobre poder adquisitivo y declive económico. Desde una perspectiva política, puede exigir mayores salarios y derechos laborales mejorados.

Reducir la brecha entre los salarios y la productividad puede beneficiar la estabilidad económica de un país y protecciones laborales más fuertes.

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